NO INTERNET IN MYAMMAR
ESTAMOS MUY BIEN, PERO INTERNET NO FUNCIONA AQUÍ, ASÍ QUE DAREMOS NOTICIAS CUANDO ESTEMOS EN TAILANDIA. MUCHOS BESOS!
UNS GEHT ES GANZ GUT. INTERNET GEHT NICHT IN MYAMMAR, ALSO WIR MELDEN UNS, WENN WIR IN THAILAND SIND.

The „Tonsai Bubble“

Nach rund 1200km auf dem Rad sind wir im Kletterparadies Tonsai bei Krabi angekommen. Unsere ersten 300km auf thailändischem Boden verliefen stressfrei und wurden von einer sich einstellenden Routine und der Vorfreude auf unsere erste richtige Klettersession begleitet.
 Besonders war auf diesem Weg unsere erste Übernachtung in einem buddhistischen Kloster, wo wir von den Mönchen herzlich willkommen wurden. Wir haben ein Zimmer für uns bekommen und wurden am nächsten morgen mit einem Frühstück geweckt das seines gleichen sucht. Ein riesiger Pott Reis, verschiedene Suppen, Fisch, gebratene Schweineohren süße Eier als Nachspeise waren dabei und ließen uns mit einem guten Gefühl im Magen die letzte Etappe bis Krabi starten. 
In Krabi angekommen, mussten wir erst mal zu einem Fahrradladen um Lauras Gangschaltung zu reparieren. Nach 10 min. war auch das erledigt und Laura konnte wieder mit Leichtigkeit die Anstiege bewältigen. Etwas abenteuerlicher wurde es dann bei der Überfahrt nach Tonal Beach mit einem kleinen Boot, wo wir selbstverständlich unsere Räder inklusive allem Gepäck verstauen mussten. Ähnlich überrascht wie die Boatmen waren auch die Angestellten des Resort, in dem wir ca. 3 Wochen untergekommen sind. Fahrradreisende kommen an diesem Strand mit zwei Straßen, ohne Festlandanbindung wohl recht selten vor.  Tonsai ist keine Insel, aber ähnlich. Es handelt sich um einen Strand, der von Felsen und Djungel „eingekesselt“ ist und nur mit dem Boot erreichbar ist.

Es war schon ein recht gemischtes Gefühl mit dem wir hier angekommen sind. Auf der einen Seite freuten wir uns auf den Strand und natürlich die Kletterei. Auf der anderen Seite wurden wir auf einmal mit der thailändischen Tourismusindustrie konfrontiert, die so wenig gemein hat mit unseren Anderen Erfahrungen in diesem Land. So ist hier alles zugeschnitten auf die Bedürfnisse  westlicher Touristen. Von Burger über Pizza und etwas hippiesk anmutenden Bars, in denen alles erworben werden kann, was das Konsumentenherz des Abends bedarf ist alles dabei, um den Touristen das Leben so angenehm wie möglich zu machen. Von der Überdosis Reggea müssen wir uns allerdings immer noch erholen. Selbst das so genannte originale Thaiessen haben wir in der Form bisher noch nicht in Thailand gesehen und wird uns wohl auch nur in den touristischen Gebieten begegnen.
Nichtsdestotrotz ist die Kletterei phänomenal. Lange Touren, viel Sportkletterei und Boulderei machen dieses Gebiet zu einem einzigen Abenteuerspielplatz. In Kombination mit den Stränden und dem angenehmen Klima entsteht ein einmaliges Gebiet, dass so in der Form wohl kein zweites Mal existiert. Daher wurden wir in dieser „Bubble“ etwas gefangen und unsere tägliche Routine, die auch gleichzeitig ein kurzer Abriss über die Ereignisse dieser drei Wochen sind, sah in etwa folgendermaßen aus:

Gegen 9 Uhr frühstücken wir bei Mama’s Chicken, der Institution für große Portionen für wenig Geld hier in Tonsai. Bei der Gelegenheit treffen wir andere Kletterer_innen und verabreden uns gegebenfalls. Dann wird den ganzen Tag geklettert bis um ca. 17:30 um kurz vor dem Sonnenuntergang noch mal Baden zu gehen. Dann geht’s in die Strandbar um eine wohlverdientes Bier zu genießen , anschließen Duschen, wieder zu Mama’s Chicken, um die zweite große Portion des Tages abzugreifen, woraufhin wir meist hundemüde wieder ins Bett fallen.
Täglich grüßt das Murmeltier... Als Abwechslung haben wir noch ab und zu abends Feuer am Strand gemacht, sind noch in eine Bar gegangen oder haben einen Film geschaut.
Es gibt daher nicht viel zu berichten, außer vielleicht, dass wir uns hier was das Klettern angeht sehr schnell weiterentwickeln und große Fortschritte erzielen.
Allerdings gibt’s eine schlechte Nachricht bezüglich Tonsai zu berichten. Es handelt sich um eines der wenigen Strände die noch kein großes Resort direkt an der Meerlinie hat. Leider hat ein Millionär aus Bangkok das Gelände gekauft und beginnt bereits mit den Bauarbeiten für ein neues Luxusresort. Für mehr Informationen, könnt ihr gern hier schauen (link). Die Infos die wir hier bekommen sind ziemlich verwirrend und unklar, aber wir werden berichten, so bald wir mehr wissen.
Jeder Traum geht mal vorbei und und es hat uns mittlerweile wieder auf die Höcker verschlagen.
Nun sind wir auf dem Weg nach Myanmar. Gestern haben wir auf einem Traumstrand übernachtet, und heute befinden wir uns in einem kleinen Hotel und morgen geht’s mit dem Longtailboot nach Myanmar. Wir wissen nicht wann wir wieder Internet haben werden und auch nicht wie es in Myanmar ausschaut, also nutzen wir die Gelegenheit ein Frohes neues zu wünschen und wir hoffen wir können bald von der anderen Seite der Grenze berichten.

La burbuja de Tonsai


Después de unos 1200 km, llegamos finalmente al paraiso de la escalada de Tonsai. Nuestros primeros 300 km tailandeses se hicieron muy cortos, ya que iban acompañados de la emoción de haber cruzado la primera frontera con nuestras bicis y la motivación y alegría de saber, que pronto sacaríamos nuestra cuerda y resto de material de los petates  y exploraríamos las paredes de uno de los lugares de escalada más peculiares.

El día antes de llegar a nuestro destino, pasamos noche en un templo Budista, donde un monje muy simpático nos acogio al caer el sol y bajo la lluvia, y nos cedió una habitación, ducha, etc. Por la mañana no nos dejó marcharnos con los estómagos vacíos, y nos despertó con un desayuno, de estos que no se olvidan nunca: arroz, pescado, carne, sopa, fruta y dulces de huevo. (estómagos llenos hasta final de la ruta prevista...)
De camino a Tonsai, tuvimos que hacer una parada en un taller de bicis en Krabi para reparar la bici de Laura, que a pesar de haber intentado nuestras chapuzas, no lo habíamos conseguido. En 10 minutos consiguieron detectar y arreglar el problema: un placer desde entonces, volver a pedalear cuesta arriba...
Tonsai no es una isla, pero como si lo fuera, ya que se trata de una playa rodeada de paredes y jungla y el único acceso posible es por mar. Así que ante el asombro de los pescadores (que no entendían que pretendemos hacer allí con las bicis), nos montamos con todos nuestros bártulos en una barca y nos dirijimos a un lugar en el que tan sólo hay un camino sin asfaltar. Encontramos una bungalow de madera que adoptamos como campo base y hogar, y aparcamos nuestras bicis a ámbos lados de la cama, dónde han descansado durante tres semanas.
Ellas descansaron, pero nosotros no, así hemos podido ver una mejora considerable en nuestro grado de escalada empezando a proyectar cosas que no hubiesemos imaginado antes de llegar allí. Nuestros días tomaron una especie de rutina: sobre las 9 desayuno en Mamas Chicken, un restaurante, que más que un restaurante es una institución (grandes porciones, ricas y baratas). Luego todo el día escalando hasta las 17:30 con más escaladores/as que conocimos allí, ya que al final Tonsai es como un pueblo, y tras un par de días, ya conoces todas las caras. Por la tarde en el Freedom bar, a disfrutar una cervecita mientras el sol cae sobre el mar al horizonte; y tras una ducha, otra de las grandes porciones de Mama Chicken o de otro de los muchos restaurantes.
Alguna noche hicimos fuego en la playa o alguna fiesta en algún bar, pero la mayoría de los días estabamos demasiado cansados y aterrizábamos muy prontito en nuestra casita de madera.
La playa y la escalada allí son increibles, y creemos que podemos hablar de uno de los mejores lugares que combina ámbos; pero a la vez, tenemos la impresión de haber estado en una burbuja dentro de la Tailandia que habíamos conocido con la bici. La industria del turismo se ha encargado de hacer que cualquiera se sienta como en casa, pero de una forma que no estabamos buscando: dede Pizzas y  hamburguesas hasta bares con cócteles y una sobredosis de Reagge de la que todavía estamos desintoxicándonos. Hemos estado muy agusto y hemos disfrutado a lo grande, pero ahora que hemos salido de allí, podemos decir, que nos alegra volver a Tailandia con sus tailandeses y tailandesas.
Por otro lado también tenemos que comunicar una triste noticia sobre este maravilloso lugar, que por ahora es uno de los pocos que todavía no tiene un resort de lujo a primera línea de playa, y en su lugar está la jungla. Y decimos todavía, porque el terreno ya ha sido comprado por un millonario de Bangkog y las obras ya están comenzando. En internet no encuentro información concreta al respecto en castellano, ya que lo que nosotros oímos es muy impreciso, y tampoco sabemos mucho más. Iremos informando, conforme nos vayamos enterando. Mientras tanto, podeis echar un vistazo a este enlace, es una petición: 
https://secure.avaaz.org/en/petition
Ahora nos encontramos de camino a Birmania. Ayer acampamos en una playa de ensueño y pasamos una noche muy agradable y tranquila en nuetro paraiso particular. Hoy estamos en un pequeño hotel a poco más de 100 km de la frontera. No sabemos cuando volveremos a tener internet. Tampoco sabemos nada sobre ese tema en Birmania, así que aprovechamos para desear un próspero año nuevo, y mandaros un montón de besos muy grande. Hasta pronto!